Mi amigo me contó que desde pequeño siempre había tenido aversión a afrontar sus estudios en el colegio. Una ansiedad muy fuerte lo bloqueaba. Sin embargo, se graduó en la universidad. Me dijo que recuerda perfectamente el ataque de pánico que le dio el primer día justo antes de cruzar la puerta de la universidad. Quería volver atrás.
- ¿Qué te empujó a cruzar la puerta de la universidad en ese momento? le pregunté.
- Había conocido a una mujer brillante, inteligente y no quería perderla. Además, tenía una hija de mi primer matrimonio. Sabía que graduarme me abriría puertas.
Y mi amigo cruzó la primera puerta venciendo ese ataque de ansiedad. Fue el principio una brillante carrera llena de logros y buenos momentos.
Muchas veces hemos sentido una gran motivación para lograr una meta. Otras veces esa fuerza interior se ha desvanecido por el camino por algún motivo. Recuerda que esa fuerza interior sigue allí, en algún lugar de la memoria y podemos conectar con ella para lograr una nueva meta. Solo hay que permitirse volver a sentir la fuerza y ese recuerdo, ese registro que nuestro cuerpo al menos una vez sintió nos dará la fuerza necesaria para lograr más metas.
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