07 noviembre 2015

BUSCAR NO SIGNIFICA ENCONTRAR

Este verano después de trabajar me fui a pasear por el río con un amigo. Llevaba puesto un colgante que me había hecho yo misma dos veranos atrás. El colgante no tiene ningún valor económico, pero para mi tiene un valor sentimental. Fue el primero que hice de una colección de piezas hechas con plata, cobre o bronce, una concha y un cristal de mar o roca.
Con mi amigo nos sentamos a charlar a la orilla del río un buen rato y nos despedimos cuando ya atardecía. De regreso a mi casa vi con desesperación que no llevaba puesto el colgante. Me lo había sacado para enseñárselo y lo dejé allí olvidado en el río. Con una angustia terrible, cogí el tren y volví a ese lugar. Lo busqué con la idea de que no lo iba a encontrar, pues estaba oscureciendo y tampoco sabía exactamente donde habíamos parado.
Y claro, no lo encontré. Con gran tristeza, lo di por perdido.

Una semana más tarde nos volvimos a encontrar con mi amigo y le dije que había perdido el colgante.
     -Vamos al río, me dijo.
     -Ha pasado una semana. No va a estar allí, le dije yo.
     -Quién quieres que lo haya cogido, me preguntó. Venga vamos, sé exactamente donde paramos.
Yo le seguí en silencio, incrédula de que lo pudiéramos encontrar.
Cuando llegamos al lugar, se puso a mirar por el suelo. Tardó menos de tres minutos en encontrarlo. Yo no me lo podía creer. Ni en sueños lo hubiese imaginado.

Buscar no significa siempre encontrar. Solo encuentran los que creen que van a encontrar. Los que no creen, los que buscan sin esperanza de encontrar, esos pasan el tiempo buscando. Como yo cuando fui al rio a buscar. 

La firme convicción de encontrar hace el milagro posible. Mi amigo fue al río a encontrar... Y encontró.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir las experiencias, es crecer. Gracias por compARTir.