Este año por Halloween me voy a poner el mismo disfraz que me puse hace siete años. Estaba guardado en una caja dentro de mi armario y cuando me lo probaba me acordé de lo que nos pasó en la fiesta de disfraces de ese año.
Nos habían invitado a una fiesta de un hotel cerca del puerto. Nos dijeron que la reserva se hacía a través de Internet y se pagaba a la entrada de la puerta del hotel. Nos pareció perfecto y así lo planeamos. Esa noche de Halloween no hacía nada de frío. Seguro que iba a ser una gran noche.
Cuando llegamos al hotel nos quedamos de piedra. La cola para entrar al hotel daba la vuelta al enorme hotel. Preguntamos que pasaba y nos dijeron que el aforo estaba completo, dejaban entrar a medida que la gente iba saliendo. El hotel no se hacía responsable de esa enorme cola y gente esperando.
Esperamos un rato, pero la cola apenas no se movía. Cansados, decidimos ir a otro sitio y olvidar la fiesta. Cuando estábamos al otro lado del hotel una de las chicas dijo:
- Por qué no lo probamos por la puerta del garaje?
- Cómo vamos a entrar por la puerta del garaje? dije yo. No podemos hacerlo. No somos clientes del hotel.
- Los chicos del garaje no nos van a dejar entrar, no nos conocen, dijo otra amiga.
- Seguidme, dijo María. haced cara de que sabemos donde vamos.
Con las manos en los bolsillos, caminando con paso seguro y mirando al frente, María fue la primera en bajar la rampa del garaje. Los otros la seguimos. Yo caminando la última, muerta de vergüenza.
Nadie nos dijo nada y sin darnos cuenta estábamos en el ascensor del garaje del hotel. Subimos una planta para llegar al hall y cuando abrimos la puerta del ascensor... qué sorpresa: nos encontrábamos en medio de la fiesta.
Esa fiesta de Halloween me enseñó que siempre hay una ingeniosa manera para llevar a cabo un plan y alcanzar una meta... aunque sea por la puerta de atrás. A veces darse por vencidos es fácil y seguir un arduo camino. El reto no es la meta en sí misma sino como llegar a la meta con la confianza de que es posible llegar.
La fiesta fue un éxito, nos lo pasamos en grande y la lección de entrar a la fiesta por la puerta de atrás aún está presente dentro de mí.
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