Un cambio y por tanto una meta y su resultado se han de valorar en un contexto ecológico. Es decir cuando nos proponemos una meta nos tendríamos que preguntar que implicación tendrá el resultado en nosotros y también en los otros. Una imagen muy poderosa que me hizo pensar en esta presuposición de Programación Neuro Lingüística (PNL) es el post que esta semana he leído en Facebook y que se ha compartido muchísimo en todas las redes sociales. Unos niños de Africa cogidos de la mano para conseguir juntos llegar a unos caramelos.
La anécdota puede que sea cierta o puede que solo sea una historia bonita. Textualmente, es como sigue:
Un antropólogo sugirió una broma para los niños en Africa: puso un saco muy bonito, lleno de dulces debajo de un árbol y propuso a los niños una carrera. Quien ganara tendría el regalo. Cuando dijo "ya", todos los niños se dieron las manos y salieron corriendo en dirección al saco. Dividieron todo entre sí, muy felices.
El antropólogo quedó asombrado ante la actitud de los niños. Ellos le explicaron: " Ubuntu, amigo. ¿Cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás estuvieran tristes?" Él, entonces, se dió cuenta de la esencia de ese pueblo. No había competencia, sino colaboración. Ubuntu significa: " soy quién soy, porque somos todos nosotros!"
Una de las presuposiciones de PNL nos dice que el comportamiento y el cambio deben ser medidos en un contexto ecológico. Es decir, en le conjunto de nuestras relaciones. Una cambio y por tanto una meta y su resultado deben ser valorados en conjunto. Es decir, tiene que ser bueno para mi, para los demás y también para el planeta. La imagen de los niños africanos es una utopía, porque las metas no son caramelos para niños. Pero la metáfora de cooperación y resultado compartido es muy bonita y me gustaría recordarla.
¡Ubuntu!
https://www.facebook.com/Stories-with-Marta-1052129198173352/?fref=ts
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