26 diciembre 2015

UNA RAZÓN PARA VIVIR

Después de la Guerra Civil Española, mi abuelo estuvo en el campo de concentración de Argelės, en el sur de Francia. Pese a enfermar de tifus, fue uno de los supervivientes que volvió a casa con su familia. Su razón para vivir y su gran fortaleza interior hicieron posible su objetivo.
Después de la guerra civil española y temiendo las represalias de los Nacionalistas, casi cien mil Rojos se batieron en retirada hacia Francia. Esos refugiados eran familias enteras, soldados y miembros de las Brigadas Internacionales. Las condiciones de vida en el campo de concentración de Argelès eran inhumanas y muchos de estos refugiados murieron de hambre, frío y enfermedades infecciosas como el tifus.

Victor Frankl dice en su libro El hombre en busca de sentido que  incluso en las situaciones más adversas el hombre puede encontrar una razón espiritual para vivir. Y mi abuelo encontró esa razón entre tanta adversidad. Mi abuelo nos contaba que cuando enfermó de tifus en el campo de concentración se dijo a si mismo que no podía morir pues tenía mujer e hijos esperándole. Debía curarse y volver. Y así lo hizo.

En el campo de concentración, mi abuelo preguntó como podía curarse de esa infección que empezaba a enfermar su cuerpo. Alguien le dijo que debía comer caracoles crudos en ayunas. Empezar el primer día por un caracol, el segundo día dos caracoles y así hasta el séptimo día con siete caracoles. Después, comer de siete caracoles a seis y hasta llegar a un caracol. Al cabo de quince días la infección desaparecería. Mi abuelo así lo hizo y sea como fuera se curó de tifus. 

Mi abuelo nunca supo si comer caracoles en ayunas fue una medicina eficaz o fueron sus ganas de volver lo que hizo que se curara. En realidad, que más da. Su meta era volver con los suyos y sobrevivió a la guerra, a la enfermedad y a la adversidad y volvió con su familia para empezar una nueva vida. Un logro que ha perdurado en la historia de la familia para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir las experiencias, es crecer. Gracias por compARTir.